27 junio, 2025
Texto: Jaime Nicolau / Foto y vídeo: Asrat Valls
Tras el desembarco de los vinos de la Denominación de Origen Monterrei en València el pasado 9 de junio con un fascinante showroom para profesionales, distribuidores y periodistas del sector, anoche arrancó la Ruta del Vino del Verano que va a regar con la magia de godellos, mencías y el resto de variedades autóctonas que dibujan con enorme personalidad una tradición ancestral. Y lo hizo a lo grande, con una excepcional cata de Bodegas Triay en el emblemático Mercader, uno de los puntos gastronómicos «on fire» de València. Y es que el flechazo entre Mercader (sus responsables) y Triay fue amor a primera vista desde ese túnel del vino del pasado 9 de junio. Ese amor fue cogiendo forma hasta convertirse en una excepcional cata que colgó el cartel de «completa».
Con el sumiller valenciano Carlos Falcó como fantástico maestro de ceremonias, empezaron a desfilar tres vinos que denotan en cada copa la pasión de la familia. Abrió fuego Triay Godello 2024, un vino que elevó las pulsaciones de los presentes. La cata fue «in crescendo» y tomó la palabra Tres Mulleres, godello sobre lías, que empezó a multiplicar las palpitaciones. Cerró plaza Triay 38 Sousón, un espectacular tinto de una variedad autóctona y tremendamente minoritaria, con un toque de mencía, que terminó por emocionar. Una espontánea ovación puso un broche excepcional a una tarde llena de magia. Tanta magia que tomó la noche.
La historia de Bodegas Triay comienza seis generaciones atrás, en torno al año 1840, cuando su familia, que ya elaboraba vino, comenzó a sustituir diversos campos de trigo y maíz por más plantaciones de viñedo, en el municipio de Oímbra (Galicia).
Durante las primeras décadas del siglo XX, los vinos que elaboraban comenzaron a tener gran éxito, en parte, gracias al hermano de Purificación Méndez (cinco generaciones atrás), puesto que era arcipreste de la familia real siendo Alfonso XIII Rey de España, a quien llevaba sus vinos.
Aunque la historia tiene mucha miga, y prometemos contarla en otro artículo, saltamos hasta 2004, cuando Purificación García y su marido, Antonio Á. Triay, enamorados de la viticultura, deciden continuar con la tradición de la familia, y construyen, a escasos 500 metros de la anterior, una pequeña bodega, completamente nueva y dotada de las últimas tecnologías. Bodegas Triay nace con un claro propósito, elaborar vinos de alta calidad y producción limitada, continuando la tradición de su familia, aplicando el buen saber de los más de 100 años de historia, pero utilizando los desarrollos tecnológicos más punteros.
La D.O. Monterrei cuenta para esta acción con la colaboración de espacios destacados del panorama vinícola y gastronómico valenciano. Restaurantes, vinotecas y tiendas especializadas de la capital valenciana. Catas, vino por copas, armonías singulares con productos de kilómetro cero e incluso menús gastronómicos de alto nivel.
Y como para muestra un botón, ayer comenzaron las acciones con una excepcional cata en Mercader. El espacio gastronómico de El Cabanyal se puso “la sonrisa” con una singular cata que colgó el cartel de “completa”. Esta antigua tonelería restaurada con sumo gusto por el Grupo Mercabanyal se ha convertido en el perfecto lugar de encuentro para los amantes de la gastronomía, el vino, y los buenos ratos en compañía. La Marítima, en Veles e Vents, y La Ferrera pondrán la nota de alta gastronomía a la acción, mientras que Bodega Biosca, el emblemático negocio del barrio de Ruzafa, se convertirá en un refugio perfecto para este territorio gallego. Por último, Vinostrum y Travieso, pondrán la nota más atrevida a la acción, armonizando las copas de godellos, mencías y resto de variedades autóctonas de la DO Monterrei, con tapas con notable arraigo a las tierras valencianas.
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